16 feb 2011

16 de febrero, se presenta al público en Mallorca El Barón de Bonamant

En el encuentro con medios que tuvo lugar ayer en Mallorca, José Luis García Rodríguez afirmó sobre El Barón de Bonamant “El Barón de Bonamant es un intento de mostrar, tal como el pintor hace con su pintura, un cuadro a mitad de camino entre el paisaje y el retrato, envuelto bajo una pátina de humor. El paisaje se sitúa en Son Ripoll, antigua y hermosa posesión mallorquina, marco propicio para que los personajes de la novela, a cada cual más disparatado, se muevan en un espacio que entrecruza sus vidas y genera la trama que da argumento a la historia. Y en el entorno, como la bruma que todo envuelve y domina, la isla de Mallorca, posiblemente una de las más bellas del mediterráneo, y del mundo, y también, tal vez por ello, centro de mil especulaciones que de tanto explotar su natural belleza, la han convertido en otra cosa. El retrato presenta una muy distinguida familia arraigada durante siglos en la isla, a quienes los arrebatos pasionales de una desenfrenada reina, Isabel II -que con tanto frenesí se dedicó a los placeres del cuerpo- eleva al rango de nueva aristocracia, gracias a los favores nocturnos que el primer Barón prodigó a la reina, y desde esa atalaya se contemplan a sí mismos, como acreedores por derecho propio de los privilegios que su reciente dignidad les confiere.  Gentes sin otro oficio que gozar de sus días, lo más lejos posible de cualquier contagio que les distraiga de su afán, cual es vivir sin trabajar.” 
           Gracias a este braguetazo, comienza una dinastía familiar mallorquina en la que los acontecimientos políticos, sociales y económicos de España irán destruyendo poco a poco un respetable apellido, que se verá zarandeado por la guerra civil, la ocupación italiana de la isla, y unas recién nacidas libertades en el último cuarto del S.XX que la familia no es capaz de asumir. Las tierras que hacían poderosa a una familia durante siglos pasaron a no valer nada, y los dueños de los arenales junto al mar se hicieron ricos de pronto y amigos de las altas instituciones del Estado. Así pues, son los nuevos poderosos, los nuevos apellidos respetables. Los Bonamant dejan de ser lo que fueron. ¿Es una familia, o bajo una capa de honorabilidad se esconde un nido de víboras?
            José Luis García Rodríguez explica que “Don Jaime Ripoll de Berenguer y Thomás de Massanet, IV barón de Bonamant, es la figura central de la novela, y resume en sí mismo el final de una larga dinastía que deviene por sus propios merecimientos en su autodestrucción y su ruina. Y los demás personajes, madre, esposa, hermano, hijos, yerno, nueras y nietos, se arremolinan todos en torno a él, como pajarillos con el pico abierto para recibir lo que caiga, formando un coro de voces a cual más disonante y errático, que como pollos pían buscando comida. Todos forman una galería de retratos, que tal como  define el catecismo, con perdón, quiero decir cuando el catecismo definía algo, son fiel espejo de los siete pecados capitales; soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza, pasiones todas, de las que los personajes de El Barón de Bonamant, no se libra ni uno. Y como tanta pasión no se digiere bien, echo mano de la ironía, incluso de la sátira, para facilitar la comprensión, o al menos la digestión, de una historia contada con la independencia del ánimo más iconoclasta.”
            García Rodríguez ha dejado bien claro que Mallorca es tratada con respeto en su obra, porque ama y recuerda con cariño la que fue su casa, pero que eso no quita que se hagan críticas que consideran son necesarias: “Recientemente alguien ha dicho, creo que ha sido el sociólogo francés Alain Touraine, que la diferencia de este tiempo con cualquier otro anterior, es la sustitución del concepto de ciudadano por el de consumidor. Y es verdad, porque todos nacemos ciudadanos, pero según vamos creciendo nos convertimos en consumidores. No es ajena a esta reflexión El Barón de Bonamant, pues cuenta la transformación de una sociedad, sea en Mallorca o en cualquier otra parte, personificada en este caso por la familia Ripoll de Berenguer, que sufre los cambios sociales que se dan en su entorno. No hay un juicio moral sobre ello, si bien debo reconocer un cierto espíritu de denuncia, administrado con la conveniente dosis de ironía”.
            La presentación al público tendrá lugar hoy miércoles, día 16, a las 19h,  en el Salón de Actos de Casa del Mar, Muelle Viejo de Palma. Se cuenta con la presencia de Catalina Cirer, Fernando Villalobos y el autor.